El reino de los gatos



«Con el paso del tiempo, Fuyumaru adiestró a su alumno en conocimientos de lo más dispares y variados: le explicó cómo era la estructura de las diversas clases de edificaciones, desde castillos a templos o almacenes, y le mostró en qué puntos iniciar un fuego según se quisiera provocar un desalojo sin dañar el armazón o se buscara echar abajo la estructura.

También le enseñó cómo preparar venenos y antídotos; cómo dormir siendo consciente de lo que sucede a tu alrededor; a intuir el peligro observando la naturaleza y el entorno; cómo tratar todo tipo de heridas; extrañas técnicas de lucha, desde quebrar articulaciones hasta la forma de golpear en las uniones de las armaduras para romper los huesos con las manos desnudas. Le enseñó a orientarse con la luna y las estrellas, y a calcular distancias apoyándose en éstas. Le mostró cómo preparar una pasta sólida que, envuelta en hojas de malva, podía alimentar a un hombre durante días con pequeñas porciones.

»Pero sobre todo, le introdujo en el arte de la ocultación: “De noche debemos ser invisibles —le explicaba—. Las sombras son nuestro refugio, la luna nuestra enemiga. De día, por el contrario, debemos ser uno más entre tantos para no levantar sospechas, confundir al que nos busca poniéndonos ante sus ojos. Esos son los principios básicos del subterfugio”.

»Todas aquellas artes conformaban lo que Fuyumaru llamaba el reino de los gatos, “donde habita el engaño, lo esquivo y la sombra”».

"El reino de los gatos"

Ninjutsu AMC - CMA

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